sábado, 21 de febrero de 2009

Benelux

Este año decidimos hacer un tour por algunos países. Al final los elegidos fueron Bélgica, Holanda y Luxemburgo, conocido tradicionalmente como Benelux.

Los preparativos del viaje fueron largos buscando alojamiento, avión, fechas, sitios que visitar... Nos hicimos con algunas guías de viajes y mucho navegar por Internet. No teníamos claro si alojarnos todo el tiempo en el mismo sitio o ir danzando de un sitio a otro, la segunda opción te obliga a llevarlo mucho más preparado. Nosotros que somos más cómodos decidimos alojarnos siempre en Bruselas, que estaba en el centro de casi todo lo que íbamos a ver y tampoco había una gran distancia a los sitios más alejados. Lo que si teníamos claro desde el principio era que alquilaríamos un coche, que aunque tiene el inconveniente del parking, te da mucha más libertad.

Llegó el día y a volaaarrr!!!

El primer día nos instalamos en Bruselas, en la recepción del hotel nos dieron un mapa con todo los monumentos destacados y por la tarde estuvimos paseando por la ciudad. Bruselas fue una ciudad que vimos despacio y a ratos varios días porque estábamos allí alojados. El primer día vimos la Grand Place, Manneken Pis, la catedral de St. Michael y el Palacio de Justicia que nos pillaba cerca del hotel, no es gran cosa pero si merece la pena por su situación con el mirador que hay de la ciudad bajo sus pies. Me llamó la atención la cantidad de turistas españoles que había, y en muchas de las tiendas y bares del centro hablaban español.

El segundo día fuimos por la mañana a Brujas. Es una ciudad con muchas plazas y lugares para sacar estupendas fotos. La plaza Burg, Stadhuis, Belfort, la plaza del mercado, la iglesia de nuestra Sra., el río Dijver, los canales con sus barquitas... En información turística nos dieron un mapa por 0.50€ Después de contemplar los monumentos y retenerlos en la retina nos fuimos a Oostende, una ciudad no muy conocida pero que está en la costa y así veíamos el Mar del Norte y nos imaginábamos Inglaterra a lo lejos. La vuelta a Bruselas no se hace pesada porque las carretas son autopistas buenas y llanas y cuando llagábamos al hotel seguíamos conociendo rinconcitos de Bruselas.

El tercer día nos fuimos a Waterloo, que está muy cerca, para contemplar el escenario de la famosa batalla, ¡ojo con los 280 escalones que hay que subir para contemplarlo! Desde allí fuimos a Luxemburgo, esta ciudad me sorprendió, no esperaba mucho de ella pero tiene unas hermosas vistas, con su acueducto y el centro histórico detrás, las fortificaciones, puentes en lo alto de la ciudad... ¡ay! Para no hacer la vuelta directa hasta Bruselas, que estaba a 200km paramos en Namur, lástima que estuviera lloviendo cuando vimos esta ciudad y no pudiéramos ver como nos hubiera gustado la ciudadela que está en un alto y se observa la ciudad atravesada por el río.

El cuarto día hicimos menos kilómetros, elegimos destinos más cercanos para compensar con el anterior. Fuimos por la mañana a Amberes donde estaban de celebración gastronómica y había muchos puestos de comida. Aparte del centro, su catedral y la casa del famoso pintor, el puerto de Amberes es uno de los más importantes del mundo. De allí fuimos a Malinas. La ciudad es pequeñita pero tiene un centro muy coqueto que merece visitar. Como terminamos pronto al llegar a Bruselas nos fuimos al Atomium, ummmm, que vistas, que gracioso el ir de bola a bola...

El quinto día era sábado y nos fuimos a Ámsterdam. La caravana que nos pilló al ir es histórica, pasaba de cinco carriles en una autovía a 1, :S Nos desviamos y fuimos por otro sitio. Llegamos mucho más tarde al destino pero lo conseguimos. En Ámsterdam entramos al museo de Van Gogh que me hacía ilusión al ser uno de los pocos pintores que me gustan. 12.50€ Nos marcamos una ruta para poder ver todos los monumentos, no paramos ni para comer, puesto que comimos mientras paseábamos por la ciudad. Nieuwe Kerk, Koninklijk Paleis, plaza Dam, Begijnhof, casa de Ana Frank, Westerkerk, Vondelpark, la curva dorada, mercado de las flores, Oude Kerk, el Barrio Rojo (…) Impresionante la cantidad de canales que hay en esta ciudad, muchísimos más que en cualquiera de las que haya estado… jajaja. Si también impresiona ver el barrio rojo. A la vuelta no tuvimos caravana :D

El sexto día visitamos Gante, el plano que te dan en la oficina de turismo es muy práctico, ya viene el camino en rojo marcado para que puedas ver todos los monumentos de la ciudad con una foto de cada uno para que no te pierdas. Merece la pena subir a la Torre Campanario Belfort y ver las vistas de la ciudad. Otro de los sitios que merecen la pena por sus vistas es el castillo de los condes de Flandes del año 1180 y otra de las zonas más espectaculares de la ciudad es el puente de San Miguel. Esta fue una de las ciudades que más me gustó. De allí fuimos a ver Tournai que es un pueblo de Bélgica muy cerca de Francia de la zona de Valonia. Después de ver ciudades tan bonitas está queda un poco mal parada…

El séptimo día nos quedamos en Bruselas para ver la ciudad y descansar un poco, de toda la semana que llevábamos. Fue cuando entramos en el Autoworld para ver los coches antiguos que Oscar quería ver y por la tarde buscamos el Delirium Tremens y la niña meona.

El día octavo volvimos a tierras holandesas para conocer Rótterdam con sus casas cubo, mercadillos de segunda mano, y el puerto. La ciudad es enorme y muy industrializada. Después fuimos a Breda, el centro había mucho movimiento de gente, tendrían que ser las fiestas de la ciudad o algo parecido, la Gran Plaza estaba llena de gente, con muchos restaurantes, vimos la muralla, y en el canal a gente en piragua.

El noveno día era el último que íbamos a pasar completo en la ciudad, lo habíamos reservado para las compras de rigor de última hora y la visita del MiniEurope que es una atracción con las maquetas de los monumentos de todos los países de la Unión Europea. De España aparece la catedral de Santiago, El Escorial, la Maestranza, campos de Castilla con molinos y Don Quijote y el monumento a Colón de Barcelona. Es un lugar que merece la pena visitar, la Torre Eiffel de París tiene 13mts.

El décimo día, era el último, tocaba levantarse pronto, desayunar, devolver la tarjeta del hotel y dirigirse al aeropuerto. Primero a devolver el coche de alquiler y después a buscar nuestro vuelo y la terminal de salida.

El GPS que gran invento que fácil llegar a cada ciudad,…, el hotel un NH de 4* donde la atención que te dan merece la pena. Además todos los días sacábamos del desayuno croissant y fruta para comérnoslas en el camino.

Me podría haber extendido más sobre cada ciudad pero se me hacía interminable….

No hay comentarios: